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Viaje x Argentina - Etapa 3

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Mensaje por Invitado Mar 17 Feb 2009, 02:45

Bitácora de viaje # 13-3: Etapa 3, Pampa de los Guanacos (Sgo.del Estero)

Ybrero en ruta, (250 cc.):
Danny Karaoke

Derrota:
Uruguayana, Brasil, hasta Pampa de los Guanacos, Santiago del Estero pasando por rutas 132, 14 y 16

Kilómetros y tiempos:
830,3 Kms en 16h:42’ (etapa III)
1.856,5 kms en 1d 10h:07’ (netos de viaje)

Total bruto desde salida de Bs.As.: 1.904,2 kms


Hay que tener cuidado con las invocaciones… lo digo porque parece que con lo que escribí en la bitácora anterior, respecto de la sequía, he invocado sin quererlo a San Pedro y por eso hoy tuve que hacer casi 500 kms de ruta bajo una cortina de lluvia muy pesada. Se ve que “Peter” se puso al día justo hoy por todos los meses que no dejó caer ni una gota!! Para la gente del lugar: bienvenida la lluvia que corta su sequía. Para mí, cayó en un momento inoportuno!

Desperté a las 7:00hs con dos ideas muy peregrinas: la primera, hacer todo el tramo hasta Jujuy en un solo tirón (imposible) y la segunda: sacar más fotos de uruguayana ya que al llegar estaba muy cansado y no pude hacerlo (mal pensado, no pude hacerlo x la lluvia).

Luego de desayunar como “corresponde” (los hoteles de Brasil siempre tiene desayunos muy abundantes y de gran calidad y éste no fue la excepción) bajé al estacionamiento para ir en busca de Lúcia pero ocurrió que al momento de subirme JUSTO AHÍ se largó un diluvio de los “buenos” (nada de lloviznita, sino algo bien heavy!) Es muy loco ver TN en la YPF donde estoy armando esta bitácora y ver que el título de la pantalla dice “Buenos Aires Diluvia”. Acá me encuentro a las puertas de Jujuy con un día de sol espectacular y un calorcete que mamma mía!

Mi primer pensamiento: el post de doña Oshiita… y pensé “ja ja y ahora de qué me disfrazo???” a lo que siguió esta idea: motero con traje de lluvia… y listo! Lo único malo fue que no había traído las botas de goma, para alivianar peso y bultos. Siempre que no llueve, uno se da cuenta que lleva cosas al pedo y cuando llueve, te falta algo. Y bueh… pero el trajecito de $43 que se la re banca, estaba a mano y ahí nomás me lo puse y enfilé para la frontera con Argentina.

Muy escaso (por no decir “nulo”) el control fronterizo. Muchachos, el que quiera pasar cosas a Uruguay y Brasil, la verdad es que es más fácil que la tabla del 1. Países poco serios, parecemos.

Por suerte (poca) al cruzar del lado argentino y aunque ya estaba con las zapatillas empapadas 100%, la lluvia aflojó durante 10 minutos y el cielo se iba abriendo… pero al cabo de esos 10 minutos de rutear, se vino otra andanada de baldazos mucho más persistente que la pasada en Brasil, y esta vez no aflojaba nunca…
Como será de fuerte la lluvia que empecé a preocuparme por el celular y el GPS que estaban guardados en la riñonera bajo la capa de lluvia, pero con esas ráfagas de viento laterales el agua intentaba meterse por más lugares que los que yo le hubiera permitido hacerlo. Ahí me acordé del post donde Martincho una vez me dijo que quizá hay demasiada electrónica sobre la YBR… y puede que tenga razón! ja ja. Lúcia iba a pasar una dura prueba, no solo por los largos kms que debía recorrer en esta etapa de aproximación a Jujuy sino porque muchos de esos kms fueron “navegados” bajo agua intensa más que “ruteados” solamente. Pero debo decirlo con orgullo: la moto respondió estupendamente en todo momento.

Cosas locas de la lluvia densa en ruta, no sólo hay que reducir la velocidad de marcha y te obliga a estar mucho más “despierto” sino que por ejemplo es muy jodido cuando vienen camiones o micros de frente a alta velocidad y la succión con la que pasan te hace tambalear la moto. Con lluvia, la fuerza de ese “tambaleo” producido por la succión del vehículo de gran porte circulando en sentido contrario, se DUPLICA al contener agua, además del “vientito”. Imagínense pasar con la moto por un lugar donde sopla un viento “huracanado” (en contra) y un par de bomberos también esperan que pases para darte “el chorrazo” de agua… todo junto! La verdad: es terrible, pero con cuidado, sólo se trata de obstáculos a superar y nada más que eso: no hay que tener miedo, hay que tener cuidado.
En mi caso, desarrollé una técnica para reducir la acción sufrida por ese embate combinado de agua y viento: agacharme pegado al tanque cuando venía el momento de encuentro, noté que se reduce mucho la superficie que la moto ofrecía como “obstáculo” al embate y con eso no se comprometía tanto la estabilidad.

En cuanto a mi estado de salud, puntualmente por el temita de los pies, sigo con dolencias pero ya un poco más deshinchado y puedo pisar un poco. Aun no puedo pasar los cambios con el empeine, pero ya me acostumbré al método del “talonazo” y siempre trato de pisar con mucho cuidado. Por suerte, no he vuelto a caerme.

La velocidad crucero de los primeros 500 kms fue de 60 / 80 km/h y cuando salió el sol, le di un poco más de rosca y anduve entre 90 y 110 km/h

Parecía que la provincia de Corrientes no me quería dejar ir, porque luego de Mercedes y de Chavarría, al recargar combustible en la YPF de la localidad Saladas/Cuatro Bocas, que está a 90 kms al sur de Corrientes capital por ruta 12 y consulté brevemente el GPS mientras almorzaba unas papa fritas y lo guardé en la riñonera. Allí noté que mi celular estaba muy mojado (venía en el bolsillo externo de la mochila) y ya no funcionaba. La pantalla mostraba condensación y el teclado, también.
Mojado, incomunicado pero todavía con mucha ruta por delante, volví a la carga sin advertir que en las afueras de la estación había una rotonda en desnivel y como caía un aguacero, se me complicaba consultar nuevamente al GPS ya que tampoco había señales de tránsito que pudiera entender (muchos de los carteles tenían nombres de localidades que jamás escuché en mi vida como “Mbrucuyá” o “Empedrado” o “Puisoye”, tales eran mis opciones de ruta), así que tomé la salida que me pareció más correcta pero resultó ser el camino equivocado. Tampoco había reparos disponibles donde colocarme transitoriamente para extraer el GPS y poder consultar tranquilo.
La única opción era volver a la YPF algunos kms o seguir (ahora sé que hubiera estado bueno volver)
Al cabo de casi 40 minutos me percato que los carteles eran cada vez más extraños y que ninguno de ellos anunciaba ni remotamente a Corrientes Capital (mi destino próximo) lo cual encendió mis apagadas luces de alarma hasta ese momento.
Seguía lloviendo y por suerte encontré un negocio cerrado pasando las localidades de colonia Tata Cuá / Santa Rosa / Tabay e Ibaté Porá. Ese negocio tenía un toldo donde pude estar a reparo del agua, frenar y chequear el GPS. Era eso o seguir en la lluvia. Paré y con sorpresa comprobé que me había desviado 71kms de mi recorrido y que no existía una ruta de “retome” para volver hacia Corrientes Capital. En lugar de ir hacia el Norte x ruta 12, había enfilado hacia el Este, por la ruta provincia 118…
ME QUIERO VOLVER CHAAANGO! diría Homero a fin de evitarles a mis estimados lectores, algún improperio. Mojado, sin celular y con más de 800 kms de distancia hasta Jujuy todavía por recorrer, tenía que volver sobre mis pasos hasta la ruta 12 en dirección al Oeste, desperdiciando un total de combustible y casi dos horas de tiempo (bajo la lluvia) para hacer esos 142 kms fuera de mi hoja de ruta, volviendo sobre mis propios pasos.
Cuando pasan cosas como ésas, podés elegir entre desanimarte y tratar de ponerle un poco de onda y seguir. Opté por lo segundo y tomé “con soda” este nuevo infortunio... o debería decir, con mucha agua! Ja ja

Por fin, hice los fucking 90 kms de ruta 12 hasta la capital correntina y justo ahí dejó de llover y empezó a salir el sol. Luego de semejante dosis de agua, al salir el sol (ahora sí el cielo estaba despejado) vino la tarea de parar a cargar combustible, descansar el vehículo y tomar la ruta 16 hacia el Noroeste argentino. Cruzando la ciudad y su puente hasta llegar a pocos kms adelante a Resistencia, dentro del territorio de la provincia del Chaco. Mientras circulaba con el sol y el calor en ascenso, coloqué convenientemente el celular a secarse sobre el manillar y lo mismo hice con las zapatillas, calzándome las ojotas y guardando atrás el traje de lluvia. Todo esto fue hecho no sin un tanto de villerismo sanmartiniano y apuro por llegar a mi destino… es lo que hay. Y Saben una cosa? No era para nada estético pero funcionó de mil maravillas y para cuando cayó la noche, ya en territorio de Santiago del Estero (puntualmente en pampa del infierno) pude usar de nuevo las zapatillas bien secas. También sequé el casco al sol durante unos minutos. Fue una jornada donde tuve que adaptarme varias veces al cambio de clima, que pasó de extrema lluvia pesada con frío a un calor sofocante, con idas y vueltas. Hubo varios cambios de vestuario acompañando al clima y las temperaturas cambiantes del terreno que se renovaba a cada paso.

Eran 604kms de la ruta 16 para unir Corrientes Capital con Jujuy, atravesando al medio todo el ”caballo” chaqueño, un toque de Santiago y nuevamente el “hocico” del caballo hasta llegar a la provincia de Salta. La ruta 16, mención aparte, en este trayecto había partes muy buenas y otras no tanto con baches y sin señalizar, pero el paisaje de un verde frondoso a pesar de mantenerse, junto a la tierra colorada, iba a cambiar poco a poco y la ruta se empezaba a elevar sobre el nivel del mar -de manera casi imperceptible pero la variación ya estaba ahí- mientras enfilaba hacia las montañas del noroeste argentino.

Otra cosa que iba variando, era el precio de los combustibles…hacia arriba: la súper en algunas localidades ya costaba $3,20 el litro y la Fangio $3,60. Conocí y cargué una marca alternativa “Refinor” (era eso o nada allí donde me encontraba) y anduvo sin problemas, más allá de mis posibles temores. La ruta 16 también se caracteriza por tener tramos muy áridos donde no hay ni pueblos o señalización alguna que te indique donde estás (san GPS sálvame!) y sus poderes mágicos/ tecnológicos traen calma al viajero, ciertamente lo recomiendo a todo rutero que se precie de tal.
Transitar entre poblados ubicados muy esporádicamente a 40, 50 o hasta 130 kms uno del otro y sin nada en el medio, eran los dueños del paisaje. Y cuando llegabas al pueblo, no esperes mucha estructura edilicia, tampoco…
Mención aparte los bichos y animales sueltos de la ruta. Mucho animal accidentado, la ruta estaba rodeada por montes / selva tupida y ecosistemas donde el hombre casi no existe, salvo en alguna que otra estancia que allí se pudiera ver, pero en general, era jungla de la buena, con animalitos por doquier y que no les costaba mucho cruzarse en la ruta. Los pocos carteles que hay, advertían de tener cuidado al respecto. Mis “encuentros” esquivando animales en medio de la ruta, sin embargo, no iban a ser tan frecuentes sino hasta la mañana siguiente. Algo sorpresivo fue ver algunos gauchos en moto, lookeados y todo! Si hay “perro en moto” como no va a haber “gaucho”? y quizá había más sorpresas en el camino, como chancho en moto o cabra en moto… por qué no? Ja ja ja

Ya se había ido el sol y por suerte el celular volvió a la vida, trayendo muchos sms (gracias a todos!!) y ahí en medio de la nada volví a cambiar de ropa, para ganarle un poco de distancia a la ruta nocturna y avisarle a Luis (Centauro) y Carlos (el ybrero de Salta) de que iba a llegar al día siguiente, haciendo noche en algún páramo rutero. Aun estaba lejos de Jujuy. Ahí también tomé la decisión de cambiar mis planes y no apurar mi regreso a Bs.As., haciendo arreglos laborales vía sms ya que resultaba evidente que con menos de 48 hs no podría concretar exitosamente los 2200 kms hasta mi casa, desde donde me encontraba en Pampa del Infierno. (casi 500 kms hasta Jujuy y los 1700 kms más para regresar a Bs.As.)

Nuevamente el GPS salió a mi rescate e informó que el alojamiento más cercano desde allí, en Chaco, se hallaba a tan solo 78 kms de ahí (siempre siguiendo por la muy extensa y recta ruta 16) en la localidad de Pampa de los Guanacos, territorio provincial santiagueño.

Así las cosas, puse proa nuevamente hacia el Noroeste y llegué a la mencionada localidad, en la noche del camino. Realmente era un pueblo muy pequeño y tranquilo, con calles de ripio. Estimo no tendría más de 800 / 1000 habitantes y cuando llegué al hospedaje “Los Cedros” (era lo más top del lugar) debo decir que los precios y la atención del lugar me parecieron excelentes, incluso para el sitio donde estaba. Algo humilde, sencillo, pero prolijo, con agua caliente, ventilador de techo… que se yo, un lugar decente para pasar la noche, pegarse un baño y seguir. Costos? $60 que incluyeron, hab con baño privado, cena de ravioles caseros con una coke de litro, estacionamiento cerrado donde dejar la moto, desayuno (tranqui, no como el de Brasil) y por sobre todas las cosas: muy buena onda al atender al turismo. Pulgares arriba a Pampa de los Guanacos (pero qué nombre le pusieron, por Dios!!!) ja ja ja ja.

Con algunas horas de sueño y esperando que mis pies mejorasen nuevamente, la mente divagaba por Salta y Jujuy, las ganas de llegar a conocer esos paisajes. Así me dispuse a dormir en un lugar extraño donde nunca había estado antes, en medio de la ruta; pero que ciertamente fue muy conveniente y agradable para realizar este camino largo que venía tomando hacia las montañas.


CONTINUARA…

Abrazo grande a todos!
Danny Karaoke

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Mensaje por Invitado Mar 17 Feb 2009, 02:49

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