Viaje x Argentina - Etapa 6

Bitácora de viaje # 13-6: La Cornisa entre Salta y Jujuy

Ybrero en ruta, (250 cc.):
Danny Karaoke

Total bruto desde salida de Bs.As.: 2.781,7 kms

Justo cuando uno cree haber visto grandes paisajes en Jujuy los ybreros de Salta redoblan la apuesta invitándonos a una recorrida por su provincia. Nos dirigimos hacia la capital Salteña, distante a 100 kms al Sur de Palpalá; Luis y Solange (YBR 250, Centauro), Marcelo y su hermano Gustavo (Motomel 150 Skua) y yo, a bordo de la Lúcia querida.
Cuando llegamos al punto de encuentro (la estación Shell de la entrada a la ciudad) nos encontramos con los dos ybreros salteños: Carlos y Martín, que habían traído a un amigo motero llamado José, piloteando una Honda Twister color roja, de impecable aspecto y estado. Era una pinturita.

A pesar de que la cita era en los sinuosos caminos de “La Cornisa” (así llaman a la ruta que une x montañas a Salta con Jujuy y actualmente fue reemplazada por una autopista)
En seguida notamos que José con su “poderosa” twister tenía una actitud -para mi gusto- no muy respetuoso del grupo y quería organizar todo “rápido” y darnos las directivas de cómo hacer la ruta y hacia dónde ir, cambiando algunos de nuestros planes originalote trazados. Para no generar polémica, luego de una breve pasada x un punto panorámico para fotografiar la capital salteña, nos dirigimos hacia la mencionada cornisa bajo un cielo algo nublado pero con una jornada motera que se las iba a traer.

Con los amigos de Jujuy y los ybreros salteños Martín y Carlos, toda la mejor de las ondas y UN PLACER rutear con ellos. Estoy sumamente agradecido por la bienvenida que me dieron y por la ruteada por bellos paisajes, pero el pelo en la sopa fue el muchacho de la trister. Alardeaba José hablando de sus 4 motos (incluyendo una Falcon con “superpoderes” según nos relataba…) y que había venido en la Trister solamente porque era la que tenía más cerca de la puerta de su casa, sino agarraba otra de las que tenía… bueh.
Al toque sacamos la ficha de que el tipo era un poco agrandado y le gustaba tirar palitos, pero como dice el refrán: “perro que ladra, no muerde”… y éste era ciertamente el caso.
El tipo medio que derrapaba con algunas frases, por ejemplo: cuando le mostré el estado desgastado de mi transmisión, me dijo que la Daelim (una de sus 4 motos) tenía 40.000 kms y estaba con la transmisión original “intacta”… lo cual me mostró a las claras su nivel de buena onda: paupérrimo; y me cabía la pregunta: ¿quién corno lo invitó a este super motero groso que se la cree MAL???
“Twice the pride, double the fall” dijo el Conde Dooku en episodio III, y así terminó decapitado. Algo me decía que este era un nuevo “Dooku” y un tal Anakin Lucio le tendría que dar su merecido… je je je

Nuevamente transitamos las rutas de regreso a Jujuy, pero en lugar de la que habíamos utilizado para la ida, nos fuimos por “La Cornisa” y ahora éramos 6 motos, con un total de 8 moteros en ruta. Uno tras otro, los paisajes eran majestuosos y contemplábamos luego de cruzar algunos puentes con ríos afectados por la sequía exhibiendo sus incontables piedras de canto rodado y plantas que se abrían camino entre ellas, armando un yuyal en el sitio donde un río debería encontrarse.

Comenzamos el ascenso y el clima empezaba nuevamente a cambiar, haciéndose más frío pero a diferencia de ayer, aquí la “cornisa” era una ruta asfaltada, con varios puntos panorámicos y sus tramos eran de diversa anchura en su extensión de casi 100 kms. Por momentos tenía dos carriles y en gran parte del trayecto tenía solo “uno y medio” (sin demarcar) visiblemente más angosto. Nos aproximamos al pueblo de “La Calera” cuyo restorán de campo llevaba el mismo nombre. Fuimos ahí a sugerencia de José Trister, alto motero experimentado del camino que dijo conocer la cornisa, sus pueblos y prestaciones turísticas como “la palma de su mano”… (cuack)
Allí comimos ricas empanadas y algunos probaron tamales salteños. Que no gustaron mucho. Yo aparte pedí una milanga con fritas. La mila tenia bastante grasa para mi gusto y las fritas estaban crudas y nadando en aceite… puaj!

Reanudamos la marcha, mal alimentados gracias a la “experiencia” de Jose-Trister y en un momento dado hasta osó quejarse por la lentitud de la caravana, diciendo que aceleremos o que nos esperaba varios kms más adelante ya que nuestra marcha era demasiado cansina para su ritmo habitual...

Así las cosas, empezó a lloviznar y estábamos transitando el camino de la Cornisa, con el TW adelante nuestro… hasta que me entré a dar máquina con las cosas que dijo de la “Daelim” (vaya descaro! compararme a la noble Lúcia con ESO????) Y el muchacho aceleró a 60 / 80 km/h de crucero. Como si todas esas ventajas (moto grosa, localía, etc) fueran pocas, encima hay que tener en cuenta que mis pies no funcionan bien y por ende no puedo tirar cambios “limpios” sino que tengo que arreglarme a talonazos.

Con todo, decidí acelerar a Lúcia, confiado no quizás en poder pasarlo en su propio terreno, pero sí me conformaría con seguirle el ritmo, sin quedar muy atrás. A la altura del tramo donde la Cornisa se hace de un carril y medio, empezó el duelo y pude observar que José me vio en su retrovisor acelerando su veloz twister que -como una gacela roja- se escapaba meteóricamente en algunas de las curvas. La escena dantesca, amigos, me recuerda al video de Jamiroquai “virtual insanity” o a las escenas de MI2 (por supuesto NO tan violentas ni tan veloces, claro) pero les aseguro que con dos motos en velocidad y precipicios a un lado del camino, el vértigo estuvo presente 100%

Toro en mi rodeo y Torazo en rodeo ajeno: el piso de la ruta-cornisa de todas maneras seguía seco e iba paciente desde atrás de la TW, perseguidor como perro de sulky esperando mi oportunidad de pasarlo mientras estudiaba los movimientos “maestros” de mi oponente. Les digo, es algo muy divertido, lleno de adrenalina y bla bla bla, pero no da para hacerlo todos los días ni en pedo. Estaba indignado con este buen señor y su sutil forma de creérsela, así que decidí probar el alcance de sus palabras, en una competencia limpia donde una fracción de segundo podía traerme, a la vuelta de la próxima curva, un vehículo para colisionar de frente o siempre estaba la opción de caer por el precipicio…
Los movimientos no me resultaron tan “maestros” máxime cuando lo veo mandarse a los pedos en una chicana de derrumbe con piedras y casi se la pone de frente contra una máquina vial…zafó de puro pedo. Con eso se perdió el poco respeto que le tenía como oponente y apareció en mi mente la frase “your ass is mine, bitch!”

Al cabo de unos 3 kms de competencia, surge una “S” en la ruta, donde pude ver que no venía nada por aproximadamente 300 mts y eso brindó el escenario para dar la estocada, pasándolo mientras José le pedía milagros a su carburetta y mi modesto sistema de inyección electrónica se lo comía crudo en esa subida… Ahora, con mi nueva posición, vino la tarea de mantener el liderazgo, cosa que no resultó tan difícil porque ya estábamos ingresando en un sector donde la ruta carecía de curvas y en la recta no pudo darme alcance. A todo esto, nuestros amigos Centauro y Gustavo habían salido minutos antes y se hallaban un par y pico de kms adelante de la TW y Lúcia, por lo que al cabo de cubrir esos otros 3 kms de semi recta donde la TW era solo un puntito en mi espejo retrovisor, decidí ya no seguir enseñándole nada al “maestro” y su bazofiesca trister…
Gustavo hizo un breve video de la contienda pero solo alcanzó a filmar cuando yo llegaba con brazos en alto y mucho más atrás venía José.

Luego paramos en un mirador para realizar las fotos panorámicas y fue muy gracioso ver que la TW realizó 4 intentos fallidos de ignición para emprender el regreso… y a mi consulta de “¿qué pachoooo?” no tuve respuestas concretas. Reitero: Unos capos, la buena onda de los ybreros salteños Carlos y Martín… pero a José con su agrandada Trister prefiero no recordar… sino me tiento de risa! Jua Jua jua jua !

La fina llovizna de montaña mojó el asfalto y ello obligó a ser un poco más cautos al circular. Las curvas no ayudaban porque cada vez parecían más cerradas y “la cornisa” desplegaba un paisaje majestuoso pero que hacía honor a su nombre. Luego tuvimos momentos con algo de sol y por tramos la ruta estaba seca. Obviamente José nos dijo que iba a esperarnos más adelante ya que reiteró no poder ir a un ritmo de marcha tan lento como el resto del grupo. Nuevamente me coloqué detrás suyo a perseguirlo pero se veía tan fácil pasarlo que ni siquiera era divertido, así que mejor volví con mis amigos e ybreros de Jujuy y Salta, que son gente motera de buen corazón y gran alma. No tiene nada de positivo darle su merecido a un fanfarrón, son victorias que ni se disfrutan, casi.

Poco antes de reingresar en territorio jujeño, nos despedimos de Carlos y Martín que se volvían ( por la Cornisa ) hacia la capital salteña. El twister de Jose guiaría a las ybr chinas… claro. Luego de que nos pare la caminera, cruzamos un lugar donde parecía haber un piquete de cientos de gauchos a caballo; pero resultó ser un desfile que estaba en proceso de ser armado y lucirse. Tan solo una aglomeración de jinetes y caballos esperando el momento de desfilar. Pasamos raudamente y al estar de regreso en la casa de Luis disfrutamos todos juntos de unas buenas burguers en la cena y nos reíamos al recordar las cosas que habían sucedido en la víspera. Las burguers eran parrilleras (como me malcrían, por Dios!) ja ja ja ja - Gente de la MEJOR.

En total hoy fueron como 230 kms recorridos. Al día siguiente nos esperaba una ruta un poco más larga, pero en dirección a Susque (casi llegando al paso de Jama con Chile) por un camino de montañas áridas ya sin la vegetación característica de “la cornisa” o de las Lagunas de Yala. Dichas montañas iban a ser de muchos colores y luego las blancas superficies del desierto de sal.

Mi último pensamiento del día fue: “Hoy le pinté la cara a una Twister. Mañana voy a llevar a Lúcia hasta el DESIERTO, qué más puedo pedir?.”


CONTINUARA…

Abrazo grande a todos
Danny Karaoke

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